Flavio Briatore lo repite como un mantra: según el mánager italiano, Alpine paga una desventaja de alrededor de cuatro décimas al final de las rectas en los circuitos rápidos.
El equipo de Enstone se presentó en Bakú con una solución de ala trasera muy arriesgada: el jueves en boxes se pudo ver una configuración extremadamente descargada, con los mismos perfiles que se habían utilizado en el GP de Italia en Monza.
Se trata de una verdadera apuesta, porque, a diferencia del templo de la velocidad, en el circuito urbano de Bakú los tramos rapidísimos (como la recta de casi 2,2 km) se alternan con las secciones más técnicas de la ciudad vieja.
En esa parte del trazado, Pierre Gasly y Franco Colapinto se encontraron con un coche prácticamente inmanejable durante la primera práctica libre del viernes: tras una tanda con el ala trasera plana, los ingenieros decidieron volver a una solución claramente más cargada, con un perfil principal tipo cuchara y un flap móvil de cuerda mayor.
El hecho es que los dos Alpine cerraron la primera sesión de libres con un rendimiento desastroso, quedando a casi un segundo de Esteban Ocon, 18º con el Haas.
Si bien al principio las velocidades punta eran comparables a las de Ferrari y Mercedes en la recta principal (Colapinto 342,5 km/h; Hamilton 342,6 km/h y Antonelli 342,7 km/h), los tiempos por vuelta mostraron otra realidad.
Una diferencia tan grande, en el fondo del grupo, no tiene justificación: será interesante ver cómo intentan los técnicos de la marca francesa sacar al equipo del fondo del pelotón para lo que viene en el fin de semana del Gran Premio de Azerbaiyán.
