Los choques “entre compañeros” en Fórmula 1 —en este caso, entre los dos McLaren papaya— rara vez dejan bien parado al agresor. Especialmente en un equipo como McLaren, donde impera una política de estricta igualdad.
Sin embargo, Lando Norris rechazó por completo las acusaciones de que su maniobra sobre su compañero Oscar Piastri en la curva 3 de la primera vuelta del GP de Singapur fue “agresiva”, a pesar de que ambos se tocaron y Piastri se mostró abiertamente molesto por la situación.
“¿Así que está bien que Lando simplemente me eche a un lado?”, preguntó Piastri por radio.
En la conferencia de prensa posterior a la carrera, Norris inicialmente dijo no recordar los detalles de esa primera vuelta, aunque luego las imágenes volvieron a su mente.
“Creo que la largada fue buena —el lado derecho de la parrilla era el mejor”, explicó.
“También tuve un buen lanzamiento. Me ubiqué bien para no quedar bloqueado a la salida de la curva 1 y en la entrada a la curva 2. Había un gran hueco por dentro de Oscar”.
“Fue muy ajustado. Todavía estaba resbaladizo porque había partes húmedas que se estaban secando. Creo que apenas toqué la parte trasera del coche de Max, y eso me desestabilizó un poco”.
“Pero eso fue todo. Conseguí dos posiciones, y si no las tomaba allí, probablemente no las habría conseguido nunca, porque vimos lo difícil que era adelantar. Así que la agresividad y la decisión valieron la pena”.
“¿Agresividad con tu compañero?”, le repreguntó el moderador Tom Clarkson.
“Bueno, golpeé a Max —así que no fue agresividad con mi compañero”, respondió Norris.
McLaren won the constructors’ championship, but the party afterwards might be tense
Photo by: Shameem Fahath / Motorsport Network
Aunque McLaren celebró el título de constructores, el ambiente en la fiesta posterior no prometía ser del todo distendido.
Según Norris, el contacto con Verstappen en la secuencia inicial de curvas fue lo que provocó la “ligera corrección” que lo llevó a rozarse con su propio compañero. En un contexto en el que adelantar se preveía complicado, con una pista aún húmeda por la lluvia y Verstappen arrancando desde el lado más desfavorable de la parrilla, no sorprende que muchos pilotos llegaran a la curva 1 con la sensación de que era “ahora o nunca”.
Norris sacó provecho de su discreta clasificación, ya que su quinto puesto le dio el lado derecho de la parrilla, el más limpio. Tuvo una excelente reacción y superó de inmediato a Kimi Antonelli, cuarto en la grilla, que al igual que Verstappen patinó con las ruedas al soltar el embrague. En la curva 1, Norris fue especialmente decidido con su compañero, pasando por el piano interior para ponerse a su altura.
Eso le hizo perder tracción, y Piastri salió medio coche por delante en la salida de la curva, pero debió modificar su trayectoria para evitar el contacto, lo que afectó su aceleración hacia la curva 2. Al llegar al vértice, ambos estaban lado a lado, lo que dejó a Norris con la línea interna para la curva 3.
Tan decidido estaba Norris a no ceder que rozó la parte trasera del Red Bull de Verstappen con su alerón delantero —el endplate izquierdo quedó torcido durante toda la carrera— y casi de inmediato golpeó con su rueda derecha la del coche de Piastri.
Podría argumentarse que no tenía mucho margen de maniobra, aunque también es cierto que él mismo contribuyó a generar esa situación. En cualquier caso, los comisarios —habitualmente más tolerantes al analizar incidentes de la primera vuelta— consideraron que no había un piloto “total o predominantemente responsable” y no aplicaron sanciones.
Lando Norris, McLaren, Oscar Piastri, McLaren
Photo by: Sam Bloxham / LAT Images via Getty Images
Dentro de McLaren, sin embargo, la lectura del episodio es diferente. Nadie fuera del equipo conoce los detalles de las llamadas “reglas papaya” que definen las normas internas de lucha entre compañeros, pero es lógico suponer que una de las primeras cláusulas establece no tocar al otro coche del equipo. De ahí la molestia de Piastri, que desde su limitado campo de visión dentro del habitáculo interpretó la maniobra de un modo que difícilmente podría haber sido otro.
Tal vez cambie de opinión al revisar las imágenes desde todos los ángulos.
Ayrton Senna dijo alguna vez: “Si ya no vas por un hueco existente, ya no eres un piloto de carreras”, una frase que hoy suele usarse como argumento para justificar maniobras injustificables. Norris rozó ese mismo discurso.
“Tal vez, al revisarlo, vea algo que podría haber hecho distinto o mejor”, admitió.
“Pero cualquiera en la parrilla habría hecho exactamente lo mismo que yo. Si alguien me culpa por meter el coche por dentro de un gran hueco, entonces no debería estar en la Fórmula 1”.
“No creo haber hecho nada mal. Claro, calculé mal cuán cerca estaba de Max, pero eso es parte de las carreras. No pasó nada grave”.
“Y estoy seguro de que igual habría terminado por delante de Oscar, porque tenía la línea interna y él estaba en la parte sucia de la pista, por fuera”.
Fue, sin duda, una maniobra torpe, nacida de la desesperación más que de una agresión deliberada. Pero ha complicado la tarea de Andrea Stella, el jefe del equipo, para mantener la armonía interna.
Durante la vuelta de desaceleración, Piastri —uno de los pilotos más tranquilos del paddock— desconectó su radio justo cuando Zak Brown intentaba felicitarlo. McLaren quizá no esté aún en estado de alarma máxima, pero no parece faltar demasiado.
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